Siendo la Iglesia Santiago Apóstol de Nata patrimonio cultural
y religioso aun contamos con la grandiosa torre campanario, nuestros
hermosos altares tachados, el impresionante pulpito y el coro.
La torre campanario es la mejor del país y está llena de infinitos detalles, en su cúpula aún se encuentran los vestigios de las conchas de nácar. Las campanas actuales fueron confeccionadas en la Escuela Artes y Oficios, hoy llamada Melchor Lazo de la Vega. Llegan a la ciudad de Natá, el 8 de marzo de 1922. Ese mismo día fueron bajadas de la torre campanario, las primeras campanas distinguidas con los nombres Santísimo Sacramento y Purísima Concepción, San Joseph y Santa Roa y Santiago el Mayor fundidas en 1690. La cuarta fue un obsequio del obispo panameño, Monseñor Manuel Joaquín González, fundida en 1804, y llevadas a la ciudad capital
La mayoría de los retablos de la Iglesia de Nata, son del siglo XVIII,
de dimensiones modestas y el sentido artístico de la época. Fueron construidos
para ser expuesto en la íntima atmosfera de los interiores de las iglesias. El
estilo barroco y el rococo son los estilos dominantes en los muebles litúrgicos
en donde se perciben las influencias sevillanas y limeñas.
En su totalidad son
ocho (8) retablos: Retablo de Don Bosco que en su principio fue dedicado a San
Antonio, Retablo de la Virgen del Carmen, Retablo de la Inmaculada o retablo de
la Virgen de la Apocalipsis, Retablo de la pasión o del Calvario, Retablo del
Corazón de Jesús, Retablo Virgen del Rosario, Retablo de Jesús Nazareno y el
Retablo Mayor de estilo Neoclásico, de fines del siglo XIX y principios del siglo XX.
Una leyenda que rodea el templo dice que el túnel tiene cinco salidas diferentes, las cuales están ubicadas, la primera y principal a la entrada y salida de la sacristía menor; la segunda está a la entrada y salida del campanario; la tercera en la capilla San Juan de Dios, aunque algunos aseguran que el sitio señalado era un hueserío; la cuarta sería en la desaparecida iglesia de la Soledad que estaba ubicada en la Avenida Central, y la última estaría en el Cerro San Cristóbal; lo cual gracias a la Fundación Natá de los Caballeros Siglo XXI, se ha logrado comprobar su existencia y se está buscando la manera de recuperar su funcionamiento.
Las cinco salidas poseían caminos diferentes, se temía que la iglesia estuviera construida sobre vacíos por lo que la entrada del túnel a la sacristía menor permanece sellada. El túnel se cree que fue construido antes de la iglesia, como a mediados del siglo XVIII, lo que da a entender que los indígenas ya habían sido colonizados. Algunos de los moradores en tiempos pasados habían caminado el túnel en un pequeño tramo, pero no continuaban, ya que era muy oscuro y no encontraron ningún tipo de evidencias dentro de éste; los mismos cuentan que el propio Victoriano Lorenzo, utilizó este pasaje durante la guerra de los mil días para escapar del ejército colombiano. Actualmente el túnel principal está sellado para resguardarlo y protegerlo, ya que la Iglesia es un Monumento Histórico Nacional.